Dr. Andrés Guillén Vargas

Trasplante renal en Tijuana

En la actualidad contamos con múltiples terapias de sustitución renal como son diálisis peritoneal, hemodiálisis y trasplante renal. Cuando una persona padece de insufiencia renal crónica (IRC) se enfrenta a la necesidad de iniciar alguna de estas terapias.

El trasplante renal es aquel tratamiento que busca la reposición de las funciones del órgano perdido durante la Insuficiencia Renal Crónica (IRC). Es por mucho superior a el resto de terapias, ya que esta restituye completamente la función renal (en el caso de diálisis peritoneal o hemodiálisis solo cubre un 10%) Consiste en trasplantar un riñón al paciente con IRC para que posteriormente este nuevo órgano implantado reinicie las funciones perdidas como son producción de orina, depuración de toxinas, control de volumen hidroelectrolítico, regulación de presión arterial, resolución de anemia, enfermedad óseo mineral y desnutrición.

Cuando se inicia un protocolo de estudio para realización de un trasplante renal es necesario considerar de antemano la compatibilidad de grupo sanguíneo entre el potencial receptor y potencial donador ya que sin este requisito es imposible aún con el mayor de los deseos iniciar este proceso. El donador renal por otro lado podría ser de origen cadavérico o paciente vivo. En el primero de los casos se trata de pacientes que tiene previa a su muerte condiciones que no contraindican la donación (en su mayoría pacientes jóvenes, muerte cerebral, buen historia de salud, sin adicciones) que son mantenidos en condiciones controladas dentro de un hospital para lograr conservación de función del órgano a trasplantar hasta el momento de la cirugía. Es entendido que se cuenta con el consentimiento de familiares del donador para que este proceso pueda llevarse a cabo, de ahí la importancia que en vida se declare a nuestros allegados el deseo de donación en caso de nuestro fallecimiento.

En México, la promoción a la donación de órganos es aún muy escasa; lo que genera largas listas de espera para los paciente inscritos en ella. En algunos casos logra ser una espera de 5-6 años en promedio lo que literalmente se convierte en una carrera contra el tiempo para los pacientes y sus familiares. Estas listas de espera son organizadas por cada centro de trasplante en el país auspiciadas con vigilancia del CENATRA. En ellas se registran los pacientes en lista de espera a los cuales se les otorga un número y fecha de registro el cual en la mayoría de los casos deberá respetarse aunque esto podría cambiar si el potencial receptor en turno no esta en condiciones para la cirugía en el momento de la donación por ejemplo en caso de padecer alguna enfermedad infecciosa en ese momento.

La otra fuente de donación es de donadores vivos. Los donadores vivos puedes ser relacionados (padres, hermanos, hijos etc.) o emocionalmente relacionados (pareja,amigos). Aquí como en los protocolos de cadáver se realizan estudios minuciosos antes del trasplante para determinar compatibilidad entre potencial donador y receptor renal además de descartar patológicas en ambos que podría contraindicar la donación. En estos casos si no existiera algo que impida este procedimiento el trasplante puede realizarse en periodo de semanas a meses lo que convierte a esta opción como la mas rápida para recibir un trasplante en nuestro país. Otras ventajas de la donación de vivo es que las condiciones del riñón trasplantado tendrá mas posibilidad a lograr mayor sobrevida más cuando proviene de un familiar ya que se agrega la compatibilidad genética.

En el 2019 se llevaron a cabo un total de 2939 trasplantes de riñón de los cuales 2016 fueron provenientes de donadores vivos y 923 de donadores cadavéricos. Para diciembre del 2019 se  registró una cifra de 17,069 pacientes en lista de espera.  Los 5 primeros estados de la república con mas trasplantes de riñón fueron  Ciudad de México con 839, Jalisco con 598, Guanajuato 207, Nuevo León 146 y Puebla 139. El estado de Baja California se encontró en el lugar numero 11 con un total de 63 trasplantes en todo el año 2019 por debajo del Estado de México quien registró 96 trasplantes y por encima del estado de Sonora quien reportó un total de 51 trasplantes de riñón.

El promedio de sobrevida de un trasplante en la actualidad es de 10 años aunque hay casos en lo que superan las 3 décadas de postraplantados. Esta variabilidad dependerá de múltiples condiciones como son origen de injerto renal (donador vivo o cadavérico, donador familiar relacionado o emocionalmente relacionado), anticuerpos del receptor (producto de trasplante (s) previo, historial múltiples trasfusiones), condiciones de cirugía, infecciones postransplante etc.

Posterior a ser trasplantado el paciente debe entender que aunque tendrá una calidad de vida casi normal deberá siempre cumplir con ciertos cuidados e indicaciones de por vida como son uso de inmunosupresores para evitar rechazo, evitar condiciones de riesgo para adquirir infecciones (ej. Comer en la calle o poca higiene), acudir a consulta de seguimiento por parte de su nefrólogo trasplante.

Podemos así concluir que aunque el trasplante renal no iguala el estado de salud al de un paciente sano si lo asemeja en gran medida, permitiendo una calidad de vida y sobrevida muy superior a los tratamiento de sustitución renal como diálisis peritoneal y hemodiálisis.

En la actualidad en el estado de Baja California los sectores privados y públicos como son IMSS, ISSSTE,SEDENA e ISSSTECALI llevan a cabo estos procedimientos pero solo el sector público absorbe todos los costos derivados de protocolos estudios pretrasplante, procedimiento quirúrgico, inmunosupresores y consultas de seguimiento contabilizando para el 2019 un número total de 2321 trasplantes representado el 79% del total de procedimientos en todo el país. Por instituciones el IMSS reportó 1511 trasplantes de riñón en 2019, el sector privado 618,  SSE 377,  SSA 293, ISSSTE 96, SEDENA 36, PEMEX 4, SEMAR 4 respectivamente.   El sector privado representa un porcentaje menor en el número total de trasplantes en México hoy día (618 o 21% ).

El trasplante renal representa en términos costo beneficio la mejor opción como tratamiento de IRC ya que permite en la mayoría de los casos que el paciente pueda reincorporarse a su actividad laboral, requiera menor número de hospitalizaciones y presenta un menor costo en su tratamiento crónico para el sector salud público del país.

Fuente: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/528301/Presentacion_anual_2019.pdf